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La prestigiosa universidad estadounidense ha señalado en un artículo las habilidades que resultan clave para que los estudiantes tengan mayor éxito en el futuro, tanto a nivel personal como laboral.

Las ‘soft skills’ o habilidades blancas son aquellas aptitudes que los trabajadores deben tener, pero que no siempre están relacionadas con su profesión. Por lo general, suelen estar enfocadas en la comunicación, la gestión del tiempo o en la personalidad del propio empleado, pero pueden ser de lo más variadas dependiendo de los puntos fuertes de cada persona.

En muchos casos, este tipo de habilidades permiten a los futuros trabajadores hacer frente de una manera más eficaz a los problemas y desenvolverse mejor en el puesto que otros candidatos. Si bien no son exigencias clave que pueda solicitar una empresa al lanzar una oferta de trabajo, sí es cierto que los reclutadores las valoran positivamente cuando quieren cubrir una vacante.

La Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas de todo el mundo, ha elaborado una lista de las ‘soft skills’ que pueden ser útiles para que sus estudiantes sean exitosos en el futuro. En el artículo ‘The Tools for Success’, basado en el informe de Center on the Developing Child reflexionan sobre esas habilidades básicas que los jóvenes deberían desarrollar para convertirse en profesionales reputados. Recordemos que algunas de las figuras más importantes en la actualidad como Bill Gates, Mark Zuckerberg, Barack Obama y Natalie Portman estudiaron en esta universidad.

Desde el autocontrol hasta la planificación

Según este informe, las habilidades blandas que los estudiantes deben tener son la planificación y la priorización, el enfoque, el autocontrol, la conciencia y la flexibilidad mental. En primer lugar, la planificación permitirá a los trabajadores conocer las tareas pendientes y saber gestionar su día a día. La concentración o el enfoque también permitirá aumentar su productividad y el autocontrol les ayudará a gestionar situaciones tensas o de mucho estrés. Por su parte, la conciencia les hará estar actualizados e incluso conocer a fondo su papel en la empresa. Por último, la flexibilidad les permitirá adaptarse a los cambios e incluso ampliar sus conocimientos.

Cabe destacar que muchas de ellas se comienzan a construir durante la primera infancia y se siguen desarrollando entre la adolescencia y la juventud. Por tanto, tener una infancia y juventud difícil pueden afectar al desarrollo de las mismas. «Las situaciones caóticas, estresantes y amenazantes pueden descarrilar a cualquiera. Pero la pobreza y la adversidad hacen que sea especialmente difícil desarrollar las habilidades que las personas necesitan para manejar los desafíos de la vida», apuntan en el informe. Sin embargo, hay maneras de aprenderlas y seguir trabajándolas cuando se obtiene el apoyo adecuado. 

Fuente: LainInformación