Buena o mala calidad de empleo
Como recordar, siempre mezclé tres palabras: la labor, la gente y la compañía.
Con el tiempo, esta tercera complejidad me dio forma de pensar sobre la calidad del empleo y la calidad de la gente de trabajadores en general. Aunque en su día, yo mismo pensaba lo mismo: ¿cómo podríamos vivir sin trabajar? ¿Qué hacer con esta vida lujosa?
Tenemos un sistema de “parensidad” de trabajar. Según dije anteriormente, para todos los países de la región, la paridad entre médicos, contadores y otros trabajadores de alto rango –que la mayoría disfrutaba- era el 75% de la población debe ser trabajadores de alto rango. Y la gran mayoría de estos trabajadores que faltan en los países de la región se ejercen para producir, alimentar y ofrecer servicios de alto rango a la población más pobre.
Entonces, ¿qué está sucediendo aquí en el mundo? No es que la población en algunos países se involucre mayormente en la actividad productiva, sino que estos países están manteniendo sus empleos de alto rango mientras las clases medias y bajas concentran la masa de trabajo.
No, la inestabilidad no es para nada alentadora, y en los países de la región, las tasas de pobreza son mayores y más altas que en otros latinoamericanos, pero no es ni raro ni nada desafiante su tasa de salarios promedio: en cuatro de cada diez trabajadores de alto rango, se les paga $2000 al mes más de lo que cobran los demás trabajadores de menos ingresos.
La reducción del aumento salarial correspondiente al alza de las tasas de inflación es siempre el estímulo que muchas veces aplica para mantener la aceptación de un aumento salarial. Los salarios desde hace tiempo se han reducido y se redujeron muchas veces en nuestro país.
No es nada raro, si antes los trabajadores se dejaban cobrar $1000 y, después, se les aumentaba $1100, esto no significaba que los trabajadores emprendedores tuvieran menos poder, porque cualquier cosa podía hacer al respecto: podían aumentar el tiempo de estudio, podían acabar deudas y mucho más: ahí estaba el sistema.
Para el Estado, por tanto, los salarios deben mantenerse intactos. Aunque todos los países de la región están dispuestos a pagar menos la parte de retiro y cobrar menos el porcentaje del aumento salarial, como deberían hacer.
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